Murcia, 28 nov (EFE).- Jacqueline Gálvez es la única concejal británica en la Región de Murcia, responsable de la Protección Civil y de la Atención a los Extranjeros de Mazarrón, una pequeña ciudad costera de 35.000 habitantes, con el 20 por ciento de británicos y casi la mitad del censo de procedencia extranjera.
Nació en Londres hace 44 años y cuando llegó a su mayoría de edad sus padres decidieron regresar a su España natal. Pasado el shock cultural y transcurridos 25 años, hoy no cambiaría Mazarrón "por nada del mundo".
Mazarrón presenta un "melting pot", una mezcla de más de 80 nacionalidades en la que esta mujer, casada con un agricultor con quien tiene un hijo de 15 años, ha llegado a la política como portavoz del gobierno local.
- Pregunta.- ¿Cómo se llega de Londres a Mazarrón?
- Respuesta.- Por decisión de mi padre, cansado de los días grises, tristes y lluviosos en Londres. Aunque es madrileño, quería ver el sol todos los días. Sin embargo yo me fui a estudiar Físicas a la Complutense de Madrid.
- P.- Supongo que el idioma no sería un problema.
- R.- Me resultó dificilísimo. Aunque soy bilingüe, mi nivel de español no era el de hoy. Convalidar estudios cursados en el extranjero era una odisea en aquel entonces. Tardé meses, hice la selectividad. A los 18 años uno no sabe lo que quiere. Lo que sí sabía es que me gustaba mucho España y quería seguir viviendo aquí.
- P.- ¿Fue un shock?
- R.- Sobre todo cultural. Acostumbrada a vivir en dos grandes ciudades, ¡hace 25 años en Mazarrón no había nada! Hoy no lo cambiaría por nada en el mundo.
- P.- ¿Cómo vive un niño en Londres?
- R.- Tuve una niñez muy feliz. De pequeña viví en el centro de Londres, cuando cumplí 10 años nos trasladamos a un barrio al norte de la ciudad. Los fines de semana íbamos a la playa, salíamos con buen tiempo y al llegar estaba lloviendo. ¡El picnic lo hacíamos en el coche!
- P.- ¿Cómo se quedó en Mazarrón?
- R.- Conocí al que hoy es mi marido, agricultor y español natural de Mazarrón. Tenemos un hijo de 15 años.
- P.- ¿Cómo le conoció?
- R.- En un bar, como todos los jóvenes. Me lo presentó una amiga que tenemos en común. Es cinco años mas joven que yo, pero todos dicen que no se nota.
- Los dos hemos trabajado y trabajamos mucho. Él es trabajador autónomo del campo, no es empresario, ni rico. La mayoría de mis clientes son británicos.
- P.- ¿Cómo llega a la política?
- R.- Cuando el PP me lo ofreció, no lo dudé ni un momento. Mi familia siempre ha sido de esta ideología. Hace años intenté afiliarme, pero entonces los extranjeros no podíamos ni siquiera votar. Es una satisfacción participar en la gestión de nuestros impuestos. Es un orgullo haber participado en el destino de un pueblo, que se ha hecho importante, estos seis años.
- P.- ¿Qué piden lo británicos que viven en Mazarrón?
- R.- Un centro de salud, que ya estamos construyendo, un centro social y un autobús urbano hasta la urbanización donde viven. Estamos trabajando en ello.
- P.- ¿De qué disfrutan más, que los españoles apenas apreciamos, y que echan en falta los británicos?
- R.- El clima y el estilo de vida. En su mayoría son jubilados y disponen de tiempo libre. Asisten a los conciertos, a las exposiciones. Han constituido varias asociaciones benéficas o religiosas y son muy participativos. Hasta hace poco echaban de menos algunas comidas, ingredientes y conservas inglesas, pero ahora pueden comprar aquí de todo y lo que más echan de menos es su familia, especialmente a sus nietos.
- P.- ¿Qué le queda de sus costumbres británicas?
- R.- La puntualidad y el patriotismo. Ahora con dos patrias. Soy una inglesa con sangre española.
- P.- ¿Qué opina del boom de la construcción?
- R.- El boom de la construcción ha sido bueno para España, es el motor de un país. Crea empleos en el sector y en el sector servicios. Si se destruyen empresas con excesivos impuestos, el que más sufre es el trabajador que pierde su empleo; el rico simplemente no invierte en épocas de falta de confianza como la que estamos viviendo.
EFE
María Brandys.
